Martín Sujarevich y Sofia Tomasone

1-Los bandos opuestos en la Guerra de Secesión fueron la Unión que la conformaban los estados del Norte y los Estados Confederados de América que estaban al Sur. Una de las mayores discordancias entre las propuestas sociales de estos dos bandos era la permanencia de la esclavitud. La Constitución de los Estados Confederados de América garantizaba la permanencia de ella mientras que La Unión en el norte estaba en contra de ella y buscaba su abolición.

En el Sur la Constitución dictaba que los estados tenían derecho a autogobernarse, le prohibía al Gobierno otorgar tarifas proteccionistas y que usaran los impuestos recaudados para financiar las obras propias de otro estado. Fue autorizada la impresión de papel moneda y sellos y puesta en circulación, aunque fue realizada por los estados en forma individual en nombre de la Confederación. En el Sur se ejercía una economía agraria-esclavista y en el Norte una industrial-abolicionista.

Cuando se abolió la esclavitud en la Unión muchos esclavos se presentaron como voluntarios para unirse al ejército del Norte. Esto aumentó aún más la ventaja que la Unión tenía sobre los estados del Sur.

2-Cuando finalizó la guerra hubo un período de reconstrucción que se prolongó desde 1965 hasta 1977 en el que se terminó de erradicar la esclavitud y la secesión fue completamente detenida. Se hicieron tres enmiendas a la Constitución que prohibían la esclavitud extendían las protecciones legales federales a todos los ciudadanos independientemente de su raza y abolían las restricciones raciales para votar. Este período está marcado por el dominio de los republicanos en los asuntos del poder.

Cuando terminó la guerra, los estados del Sur quedaron separados de los del Norte y se comenzó a implementar un plan para unir a todos los estados. El gobierno fue un poco más severo con ellos y los antiguos dirigentes políticos confederados se les prohibió tomar parte en los gobiernos de diferentes estados.

Estas políticas crearon un resentimiento en el Sur. Los sureños eran incapaces de aceptar cualquier forma de gobierno en el que negros y los delegados del Norte tuvieran un papel importante e intentaron alterar a los gobiernos federales con estallidos de violencia y, a través de la intimidación, orquestada sobre todo por el Ku Klux Klan. El Norte, cada vez más cansado de imponer la Reconstrucción por la fuerza, permitió que en 1867 los sureños lograran recuperar el control de los gobiernos de todos sus estados.

En lo que respecta a lo económico los campos de algodón en el Sur quedaron devastados, había una gran deuda con el exterior por los gastos de la guerra y había escasez de alimentos ya que había que alimentar al ejército. La guerra causó 1.030.000 muertes, un 3% de la población.
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